La respiración, no solo es una función fisiológica vital para nuestra vida, sino que está consustanciada con nuestros pensamientos, nuestra energía, nuestra capacidad de accionar y no reaccionar.
Hay una relación entre estrés y respiración. Una relación inversa si sabemos utilizar la respiración a nuestro favor. La respiración es una llave para la serenidad.
Cuando nos encontramos bajo estrés agudo, nuestro patrón y frecuencia respiratoria cambia ostensiblemente. Cuando estamos bajo picos de estrés en un estrés crónico (distress crónico) como nos ocurre en la vida actual, también cambiamos nuestro patrón y frecuencia respiratorio.
Es en consecuencia importante saber respirar. La respiración es reguladora de nuestra bioquímica interna y de nuestra mente. Están íntimamente ligadas ambas.
Entonces, por favor, antes de reaccionar… respiremos. Si estamos mal, de mal animo, sea cual fuere nuestra emoción, por favor… respiremos.
Y si estamos bien, también por favor… respiremos. La respiración, es conexión con la vida. Es la vida misma.
Es automática, la hacemos todo el tiempo, como ocurre cuando el corazón bombea o como ocurre con la mente que se pone en piloto automático.
Nos nos damos cuenta, tan solo ocurre.
Pero la atención a la respiración, es focalizadora, es anclarse en el presente, es como comento más arriba: reguladora. Es netamente sensorial, nos conecta con nuestros sentidos y nuestra atención, por eso es justamente conexión, conexión con nosotros mismos, es una puerta de conexión hacia nuestro interior.
Practica la meditación corta de 2 a 3 minutos basada en la atención en la respiración, varias veces por día y eso ayudará a que te sientas mejor, que bajes tus niveles estrés cotidiano y acciones con respuestas más sopesadas en vez de reaccionar.
Esta es una forma sencilla de introducirse en el mundo de la práctica del Mindfulness. No es una receta mágica, cada uno debe hacer su propia experiencia con constancia y seriedad.
Es importante también el aprender a respirar adecuadamente como lo indica la siguiente lámina.
Debo tratar de llevar el aire hasta el abdomen, inflar un poco la panza cuando inspiro así puedo llenar bien los pulmones de aire, de energia renovada.
Y por último no nos olvidemos de que si existen alergias respiratorias, trastornos en el tabique, situaciones de apneas (cortes en la respiración) en el sueño, obesidad, u otros trastornos como pueden ser del sistema nervioso o musculares o si usted es fumador… no estaría mal hacerse chequear primero con un profesional médico que revise su condición, así puede practicar la respiración sin impedimentos o limitaciones.
Y ahora si… a seguir respirando! 😉