La meditación del espejo es una práctica formal en donde nos vemos (imaginariamente) reflejados en un espejo mientras la hacemos. El objetivo es poder observar que sensaciones y emociones surgen de esta situación particular en donde nos observamos a nosotros mismos y brindarles atención, reconocimiento, permitir que fluyan sin mezclarse con ellas o contagiarse con las mismas. Una vez observadas las emociones y sensaciones que pueden ser tanto positivas como negativas, pasamos a una fase de benevolencia y compasión hacia nosotros mismos, la cual pretende tener un efecto reparador o sanador de esta sensaciones y emociones desagradables y a la vez amplificador de las sensaciones y emociones agradables.