Mi hija fue al cine con sus amigos a ver «It», la consagrada remake del libro de Stephen King, le gusto mucho. Pero lo más interesante fue que me contó parte de la vida de King. Cuanto sufrimiento y escape. Pero se superó a si mismo y con creces. Inmediatamente llegó a mi mente tantos otros ejemplos de vida que fueron transformadores. Tantas personas que han tenido situaciones dificiles en su vida y quedaron marcadas, pero se superaron a si mismas dia tras dia. Avanzaron en el camino del autoconocimiento. Y si, la vida es así, mágica, increíble, transformadora. Un cúmulo de momentos grabados en el aquí y ahora de nuestra mente y alma que nos va definiendo como seres humanos. La vida es asi, un carrusel de presentes interminables que nos improntan, que nos moldean, que nos definen a cada instante.
Pareciera como que el ser humano es una obra de arte sin concluir, eternamente sin concluir, porque el gran artista que nos creo, siempre está retocando el lienzo con alguna nueva pincelada… Una por aquí, otra por allá y de repente lo que parecía un atardecer de invierno, frío, desolado, mustio, se convierte en un hermoso amanecer de primavera, lleno de sol y luz. Nunca sabemos exactamente en que estación vamos a estar, hasta el momento presente, cuando tomamos conciencia. Se nos pueden pasar mil amaneceres si nos estamos atentos al momento. Y algunas veces parecen hasta superpuestos ¿No es cierto? como si tuvieramos un otoño mezclado con pinceladas de verano o algo asi. Por eso los seres humanos somos tan ricos interiormente, tan polifacéticos, tan confusos a veces, tan rebuscados e increíbles, porque somos definitivamente una obra sin concluir. Y por más que nos esforcemos en querer terminar la obra que somos y firmar el lienzo, seguro que aperecen nuevos elementos a incorporar en la tela. Nuevas ideas, nuevas sensaciones, emociones, vivencias, nuevos trazos, nuevos colores… Asi somos y si no aprendemos a ver nuestro cuadro incloncluso como una imagen instantanea del ahora y estamos siempre añorando el paisaje del otoño de ayer o pensando en las pinceladas que tal vez debería dar mañana, no vamos a lograr una obra de arte de calidad. El artista solo vive el momento presente, se inspira en su presente, y cada presente es único y diferente en cada uno de nosotros. Hasta el ultimo aliento estamos dando y recibiendo nuevas pinceladas en nuestro lienzo, que embellecen nuestro colorido paisaje interior.